¡Solidaridad! #Oaxaca
By: Kimberly Mooney
Too often it is forgotten that dissent is an essential part of democracy. This is especially true when dissenters disrupt what we expect to be our daily routines. The recent murders of striking teachers and their allies in Oaxaca, Mexico is the latest in a long string of actions on the part of government entities that illustrate how far we have yet to go to guarantee even basic civil liberties to all.
On Wednesday, June 29th, about a week and a half
after the most recent acts against the protesters in Oaxaca, a number of my
colleagues who work in the Baltimore City Public School System as well as some
retired educators from the DMV area joined me in D.C. to protest this and other
acts of violent repression, such as the kidnapping and murder of 43 students
from the Ayotzinapa Rural Teachers’ College.
One teacher, seeing my post in a teacher group on Facebook about this
protest in D.C. questioned why we’d be worried about what’s going on in Mexico
when we have problems in our own education system here. I responded that this is not an either-or
situation. I said that for two
reasons: one, as Martin Luther King Jr.
asserted, “an injustice anywhere is a threat to justice everywhere,” and two,
this problem IS our problem.
What are some of the things that the teachers in Oaxaca have
been organizing against?
1. Increased testing to qualify teachers to keep
their jobs, which sounds reasonable unless you listen to the teachers from
remote, poor, mountainous villages who will tell you they can’t get the
education needed to pass these tests.
2. Insufficient salaries/benefit packages which
politicians will spin as teachers ‘breaking the bank’ out of greed, which might
sound true unless you listen to teachers who tell you they only want to stay
out of poverty and want raises that will keep pace with rising costs of living
and inflation so they can continue to work with children, as they’re committed
to doing.
3. Excessive testing of students which is often praised
as “accountability” but any teacher will tell you that the government makes
demands without providing the resources needed to give students the education
they’d need to pass the tests, and disregards the impact of these tests on the
quality of instruction and the student experience of the learning environment.
How familiar these issues sound, no? I’m sure there were other issues too but
regardless of the specifics, the teachers in Oaxaca realized that as
professionals, they had the obligation to stand up against policies that hurt
their students and their communities. So
they organized themselves, and talked to neighbors, and they went on
strike. Many of the issues that brought
our Mexican Union brothers and sisters to the point of going on strike are the
ones we face here in the U.S. We are one
body of educators and we are all facing governments that have forgotten the
education, training, passion, and dedication that teachers bring to their work. We cannot let them villainize us. We must continue to build coalitions to
overturn systems that dictate from on high how our education systems must be
run rather than allowing communities to dictate how their own children should
be educated.
As for the outcome of the protest in D.C., employees of the
Mexican Consulate and the Mexican Embassy came out and spoke with us and took
back with them our statement to the Mexican government, which echoed this statement from
the Network for Public Education.
Perhaps more importantly they bore witness to our demand that our own
government listen not only to our teachers here regarding U.S. education
policy, but also that President Obama address human rights concerns during his
meeting with Mexican President Peña Nieto, which was taking place that same
day. Unfortunately, from what has been
publicized thus far it sounds like this issue was ignored entirely during the
“tres amigos” summit but that is why we must continue to keep the pressure
on. The Mexican citizens we met
throughout the day were extremely gratified that we made the 50-mile trek and
took the time to speak up for them. And
we hope that, through the magic of social media, our message of solidarity
reached the suffering families in Oaxaca that are mourning their dead and that
continue to stand strong against unacceptable “reforms” even through their pain
and loss.
¡Solidaridad! #Oaxaca
-Kimberly Mooney
Spanish Teacher, Baltimore City Public School System
Member, Baltimore Teachers Union
Twitter:
@KimberlyMMooney
¡Solidaridad! #Oaxaca
Con
demasiada frecuencia, se olvida de que la disidencia es una parte esencial de
la democracia. Esto es especialmente cierto cuando los disidentes interrumpen
nuestras rutinas diarias. Los recientes asesinatos de maestros en huelga con
sus aliados en Oaxaca, México es la última en una cadena de acciones que han
cometido entidades de gobierno, y que ilustran cuanto más hay que hacer para
garantizar las libertades civiles para todos.
El
miércoles, 29 de junio, una semana y media después de los más recientes actos en
contra de los manifestantes en Oaxaca, mis colegas y yo (del Sistema de
Escuelas Públicas de la Ciudad de Baltimore), con algunos educadores jubilados
de la zona DMV, nos reunimos en Washington D.C. para protestar en contra de éste
y otros actos de la represión violenta, como el secuestro y el asesinato de los
43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa (que ofrece
formación para profesores de educación primaria). Una maestra vio mi post en un grupo de profesores
en Facebook acerca de esta protestación en D.C., y cuestionó por qué estaríamos
preocupados por lo que estaba sucediendo en México cuando teníamos problemas en
nuestro propio sistema de educación aquí. Respondí que esta no era una
situación excluyente. Dije que estaríamos preocupados por dos razones: una,
como Martin Luther King Jr. afirmó, "una injusticia en cualquier parte es
una amenaza a la justicia en todas partes", y dos, este problema es
nuestro problema.
¿Por
qué están protestando los maestros de Oaxaca?
1. Están en contra de los exámenes nuevos propuestos para calificar
a los profesores para que puedan mantener sus puestos, lo cual suena razonable,
a menos que se considere los maestros de los pueblos remotos, pobres y
montañosos que dicen que no pueden obtener la educación necesaria para pasar
estas pruebas.
2. Quieren salarios adecuados y préstamos que los políticos llaman
“de maestros consentidos” lo cual puede parecer verdadero a menos que se
escuche a los maestros que dicen que sólo quieren mantenerse fuera de la
pobreza y proponen que se siga al ritmo de costos de vida y la inflación para
poder continuar a trabajar con los niños, como están comprometidos a hacer.
3. Luchan en contra de la examinación excesiva de
estudiantes que a menudo se elogia como "responsabilidad," pero
cualquier maestro puede señalar que el gobierno hace demandas a) sin aportar
los recursos necesarios para que los estudiantes tengan la educación necesaria para
calificar en los exámenes y b) ignorando el impacto de estos exámenes sobre la
calidad de la enseñanza y el ambiente de aprendizaje.
Suenan muy
comunes estos temas, ¿no? En el caso de los maestros en Oaxaca, estoy segura de
que también habían otras cuestiones, pero además de los detalles, queda claro
que los maestros de Oaxaca se dieron cuenta de que, como profesionistas, tenían
la obligación de plantarse ante las políticas que perjudicaban a sus alumnos y
sus comunidades. Se organizaron, hablaron con sus vecinos e hicieron huelga.
Muchas de las cuestiones que llevaron nuestros hermanos y hermanas de los sindicatos
al impulso de hacer huelga son las mismas que enfrentamos aquí en los Estados
Unidos. Somos un colectivo de educadores y estamos todos en frente a los
gobiernos que se han olvidado de la educación, la formación, la pasión y la dedicación
que los profesores aportan a su trabajo. No podemos permitir que nos denigren así.
Debemos continuar construyendo coaliciones cuyo propósito es revertir los sistemas
que dictan desde arriba cómo deben ser nuestros sistemas educativos en vez de
permitir que las comunidades dicten cómo sus hijos deben educarse.
En
cuanto a los resultados de la protestación en D.C., unos empleados del
consulado mexicano y la Embajada de México salieron para hablar con nosotros y se
llevaron nuestra declaración al gobierno mexicano, que reflejaba esta declaración de la “Network for Public Education”. Lo que tal vez sería lo más
importante es el hecho de que estas personas escucharon durante que exigimos
que nuestro propio gobierno nos escuchara con respeto a la educación en los
Estados Unidos y que presidente Obama abordara las preocupaciones de los
derechos humanos durante su reunión con el presidente mexicano Peña Nieto, que
estaba tomando lugar el mismo día. Lamentablemente,
de todo lo que se ha publicitado hasta el momento, parece que este tema fue
ignorado totalmente durante la Cumbre de Líderes de América del Norte pero por
esta misma razón debemos mantener la presión. Los ciudadanos mexicanos que
conocimos durante el día estaban muy satisfechos de que hiciéramos el viaje de
50 millas e hiciéramos el esfuerzo de alinearnos en solidaridad con ellos. Y
esperamos que, a través de la magia de las redes sociales, nuestro mensaje de
solidaridad haya llegado a las familias en Oaxaca que están de luto por sus
muertos y que continúan apoyando la lucha contra de las "reformas"
inaceptables, incluso a través de su dolor y su pérdida.
¡Solidaridad! #Oaxaca
-Kimberly Mooney
Maestra de español, Sistema de Escuelas
Publicas de la Ciudad de Baltimore
Miembro, Sindicato de Maestros de
Baltimore (Baltimore Teachers Union/BTU)
Twitter: @KimberlyMMooney
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